Hay muchos efectos que pueden usarse para crear distintos e increíbles sonidos.
El gruñido es una técnica de las usadas por medio de la cual el saxofonista canta o emite zumbidos mientras está tocando. Esto produce una modulación del sonido, y provoca una rugosidad o aspereza en el sonido. Esto no se da muy a menudo en la música clásica o música de banda.
La técnica del glissando o "deslizando" puede usarse también. En ésta el saxofonista hace variar el sonido de la nota usando la embocadura y al mismo tiempo se desliza hacia arriba o hacia abajo con los dedos hacia otra nota. Esta técnica se oye muy a menudo en música de big band (por ejemplo, en la canción "Sing sing sing" de Benny Goodman) e incluso en partituras orquestales ("Rhapsody in Blue" de George Gershwin).
Los multifónicos son una técnica para tocar más de una nota a la vez. Una combinación especial con los dedos posibilita que el instrumento vibre en dos tonos uno tras otro, creando un trino característico.
El uso de armónicos involucra digitar una nota pero alterar la corriente de aire para producir otra que es un armónico de la nota tocada. Por ejemplo, si se adopta la posición para tocar el si bemol bajo, se puede producir un si bemol una octava por encima manipulando la corriente de aire. Otros armónicos que pueden ser obtenidos de esta manera incluyen fa, si bemol, y re. las mismas técnicas de variación de la columna de aire que se usan para los armónicos se utilizan también para producir notas que están por encima del fa sostenido (el "registro altissimo").
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